El otro día Isra Bravo contó en su newsletter que había vendido su casa.
No dió muchos detalles.
Solamente dió a entender que no se habia puesto corbata chillona para recibir a los compradores.
Tampoco habló de homestaging.
Ni de visitas virtuales.
Y mucho menos de haber hecho el kamasutra inmobiliario.
La mayoría de agentes, esos que en lugar de vender pisos lo intentan, pensarán eso de "qué sabrá éste tio de vender pisos..." y seguirán a lo suyo.
No es mi caso.
Cuando Isra habla, le presto atención.
Cuando habla de ventas, claro.
Cuando habla de mujeres, no.
Basicamente porque vivo enamorado de las 3 mujeres que tengo en casa y los consejos de los artistas de la seducción a estas alturas no me aportan valor.
Pero los de ventas, sí.
Y a un tio que cuando se levanta de la cama ya ha facturado más que cualquier funcionario en todo el mes hay que prestarle atención por huevos.
Bueno, al lío.
Esto fue lo que dijo.
Atento.
"La mayoría piensa que su piso le importa a alguien.
Y lo único que le importa a la gente es ella misma y lo que tú tienes que hacer es detener la atención de todos esos cabronazos egoistas."
Zas.
Esto para empezar.
Sin preliminares, calentamiento, vaselina, ni hostias.
Pero la cosa no queda ahí.
Seguimos.
"Si te soy sincero no me apetecía perder mucho el tiempo.
Así que fije un buen precio, no rebajé ni un céntimo, publiqué un anuncio y en menos de una hora, tenía el correo lleno,
Lleno de mensajes para ver el piso, para decirme que quién coño había escrito eso, para felicitarme y uno para insultarme.
En resumen.
Vendí el piso en menos de una hora.
No rebajé ni un céntimo.
Nadie me negoció nada, claro."
Ya está.
Vendido en un rato y sin bajar un duro.
Para que se lo hagan mirar aquellos que dicen que para vender un piso hacen falta 6 meses.
Si te fijas Isra, copywriter de profesión, cuando habla del anuncio barre para casa.
Da importancia al texto y lo pone como la clave del éxito.
Pero menciona algo mas.
Solo una cosa más.
Un pequeño detalle.
Porque Isra no es gilipollas y sabe dónde está la mandanga:
El precio.
"Fijé un buen precio."
Cuando hablamos de buen precio entendemos que se refiere un precio interesante para él y atractivo para los compradores.
Si el precio hubiera sido el doble, ni buen texto ni hostias… a ver ese piso no hubiera ido ni Dios.
Podemos engañarnos pensando que para vender un piso hay recurrir a las tecnicas de marketing más punteras.
O al kamasutra inmobiliario.
Pero todo eso, sin un precio que atraiga a los cabronazos egoistas que tienen que comprarnoslo, es perder el tiempo.
Y no estamos aqui para perder el tiempo.
Al menos yo.
En el enlace de arriba.
Llegué aqui porque quería volver a escuchar el audio de Isra de como vendio su piso, ya que ese audio lo sustituyó con las nuevas 6 historias de ventas.
Qué pena. Quería la transcripción completa.
De todos modos tu página cunde, me gusta comprar, reformar (tirar tabique y hacer masa me pone) y alquilar, concretamente a estudiantas bueniñas.
Me quedo con tu newsletter,
un saludo!
Señor mío, vender un piso en una hora es objetivamente imposible. Si generó gran interés, es bastante probable que su precio estuviese por debajo de mercado, lo cual no es necesariamente malo, a priori. Pero si como añadido a esta decisión, se conformó con "no haber bajado un céntimo" cuando lo que tendría que haber hecho es negociar ese precio al alza con la estrategia correcta, consiguiendo entre un 10% y un 30% más de lo que sacó por él, es que, efectivamente, Isra Bravo no tiene npi de cómo vender un piso ni, sorprendentemente, del estado emocional en el que llega un comprador si el precio es el correcto y cómo explotar esa situación en su beneficio. De su texto, que por cierto parece una imitación baratuna de un texto de Isra Bravo, solo saco la conclusión de que Isra perdió pasta con esa venta y además está orgulloso de haberlo hecho así. Otro cosa es que él tenga tanta pasta ya que le dé lo mismo. Pero aquí hablamos de venta.