Siempre digo que a la hora de comprar piso es buena estrategia apoyarte en el agente inmobiliario.
El agente, si es un buen profesional, trabajará a favor de la venta y te facilitará mucho las cosas.
Hay gente que esto lo tiene muy claro.
Otros no tanto.
Otros siguen viendo al agente como un oportunista que lo único que pretende es engañarte para que compres la vivienda al precio mas alto y meterte un gol.
Pues el otro día tuve una visita con uno de estos.
Bueno, con dos.
Era un chaval de esos que con 30 años todavía llama a su madre para que le limpie el ojete.
Y le acompañaba su padre el que todo lo sabe.
Desde el minuto cero lo vi venir.
Aunque no iban a comprar el piso me iban a dar por culo lo que no está escrito.
Y por mas que intentase finiquitar la visita, los tocapelotas no se iban a ir tan facilmente.
Te pongo en situación.
El piso en cuestión tenia una superficie construida de 100 m2.
Era de los años 70, 4ª planta sin ascensor y necesitaba reforma integral.
No era una venta fácil.
Pero tenía cosas interesantes.
Se ubicaba en una zona universitaria y alquilando por habitaciones ofrecía una rentabilidad brutal.
Asi que cuando lo capté hice dos cosas.
Comprobar el precio del alquiler de habitaciones en la zona.
Ir con mi reformista para que hiciera un presupuesto de reforma optimizando los espacios.
En el presupuesto yo no me meto.
No se si es caro o barato.
Es el que él dice.
Y punto.
Preparar un presupuesto de reforma es muy útil para quien nunca se ha metido en obras y no tiene a nadie de confianza.
Le ayuda a hacer los números y si finalmente sale la operación, ganamos todos.
Un win win de toda la vida.
Pero sobre todo, el presupuesto me sirve para callarle la boca a los que usan la excusa de la reforma para apretar en el precio.
Esos que en lugar de reformar un piso parece que van a construir el nuevo Bernabeu.
Pues bien, en la visita pasó lo que se veía venir.
El padre puso todo en duda.
Que el precio de alquiler de la habitacion no podía ser tan alto.
Y que no era posible reformar con ese presupuesto.
Pero todo con muy malos modos, de una forma desagradable y generando una situación incómoda sin necesidad.
Mira.
Cuando vas a ver un piso solo tienes 2 opciones:
Comprar
No comprar
Ahora bien.
Puedes no comprar un piso y que quedemos bien, hasta el punto de que cuando tenga algo interesante te lo ofrezca a ti el primero.
O puedes ser gilipollas y conseguir que te ponga la cruz y no te vuelva a enseñar un piso en la vida.
Porque yo no hago negocios con gilipollas.
Si NO eres uno de ellos, hagamos negocios.
En el enlace de arriba.