Años 90.
El fútbol todavía molaba.
Dentro del campo los jugadores se molían a palos sin miramientos y sin preocuparse de a qué altura se cortaba el cesped.
Los estadios olian a Farias y los aficionados se dedicaban a insultar rivales y árbitros a partes iguales, sin acabar en el calabozo ni en el infierno.
Fuera del campo, el espectáculo era todavía mayor.
Presidentes faranduleros eran capaces de fichar estrellas de primer nivel para equipos de media tabla.
Asi llegaron a jugar porteros de la talla de Higuita y Chilavert en el Valladolid y en el Zaragoza respectivamente.
Ojo.
Hablamos de cuando los porteros eran verdaderas estrellas y no necesitaban vestir equipaciones fosforitas para brillar.
Vale…
¿y que tiene que ver todo esto con la Mandanga Inmobiliaria?
Eso te lo cuento ahora.
1996.
Argentina.
Chilavert, que ya se había ido de Zaragoza, está on fire y es un jugón dentro y fuera del campo.
Cuando no juega, participa en un concurso de TV llamado VideoMatch - ShowGol, dirigido por el famoso Marcelo Tinelli.
El concurso iba asi:
Los espectadores participaban desde casa llamando por teléfono. Con la voz dirigían un cañon que lanzaba balones. Y tenían que meterle goles a Chilavert.
En cada programa se lanzaban cinco tiros.
Si fallabas, te ibas sin premio. Por cada gol te llevabas un apartamento.
Vamos, lo que viene siendo la versión futbolera del 1 2 3 pero cambiando Torrevieja por Argentina.
El lío:
Todo lo que cobraba Chilavert, 20.000 dolares por programa, estaba pactado que se donase integramente a alguna asociación.
Y a la hora de hacer la declaración de la renta, a pesar de no haber visto un duro, le tocó pagar 18.000 dolares a Hacienda.
Total, que cuando le dijo a Tinelli que le abonase los impuestos, este se hizo el longuis.
¿Qué pasó?
Que al final a Chilavert se le hincharon los balones… y en uno de los programas la lió parda:
Penalti 1: Gol
Penalti 2: Gol
Penalti 3: Gol
Penalti 4: Gol
Penalti 5: Gol
Es un descojone ver como le va cambiando el careto a Tinelli a medida que Chilavert se va dejando los goles.
Total, que uno palmó 18.000 doláres… y otro 5 apartamentos y un programa de televisión.
Porque el show nunca más volvió a emitirse.
Por muy exagerado que te parezca, Tinelli no es el unico boludo que hace el canelo con sus propiedades.
Cada día, muchos propietarios la lian vendiendo su piso.
No es que los vayan regalando, pero palman pasta y tiempo por no hacer las cosas en condiciones ni asesorarse bien.
Luego pasa lo que pasa… y vienen los lamentos.
Sin sorpresas. Sin lamentos.
En el enlace de arriba.