Hay dos tipos de agente inmobiliario:
Por un lado tenemos al lacrimógeno.
El lacrimógeno es ese al que no le acompañan los resultados y lo justifica con sesudos analisis de mercado que vienen a decir que la cosa está muy malita.
Que si la escasez de oferta, los precios, la competencia desleal, el gobierno, los impagos, los okupas…
Y como la mayoría de los agentes son asi y además hacen mucho ruido, este es el mensaje mayoritario que le llega al ciudadano.
Entonces el ciudadano, si es joven y no tiene casa, dice que no hay futuro y empieza a hacer huelgas de alquileres y mierdas de esas.
Y si es boomer y tiene varias casas, vive acojonado pensando que se las van a okupar o expropiar.
Tal cual.
Y por otro lado tenemos al agente inmobiliario optimista.
El optimista acepta que la situación es la que es y se pone a currar con alegría como si no hubiera un mañana.
Cuando capta un piso para vender sabe que va a encontrar un buen comprador y cuando capta un piso para alquilar sabe que va a encontra un inquilino de puta madre.
De esos que te pagan bien y te cuidan la casa.
De esos que segun los medios y los agentes lacrimógenos no existen.
De esos que hacen que los propietarios pasen de estar acojonados a estar emocionados.
Mira.
El año pasado alquilé un piso.
Era un piso muy normalito por la zona de Madrid Rio.
Me contactaron mas de 300 personas, de las cuales mas de 250 eran insolventes.
Filtré como si el piso fuese mío y me encargué de alquilarselo al mejor de los inquilinos posibles, en este caso una pareja.
Uno de ellos es influencer.
Y pasó algo flipante.
Hace poco, a este influencer, los de IKEA le propusieron participar en una campaña publicitaria muy top.
La vaina iba de renovarle las habitaciones y ponerselas a tope de power… y grabar el proceso para que la gente vea lo que se puede hacer en espacios que inicialmente no tienen mucha gracia.
El inquilino lo comentó a los propietarios, que obviamente aceptaron encantados.
Y ahora su casa es otra.
Míralo en detalle.
Ahora tenemos un inquilino feliz en un hogar a medida y unos propietarios emocionados porque su casa es super mediatica, porque saben que está bien cuidada por mucho tiempo y porque estan seguros de que no les van a dejar de pagar.
Pues eso.
Tú decides en que parte del mundo te quedas.
Puedes quedarte en el mundo lacrimógeno de los impagos y de los inquiokupas.
O puedes quedarte en el mundo de los propietarios que se emocionan con sus inquilinos.
En el enlace de arriba.
Tal cual, lo has clavado.
Además está bastante estudiado por la psicólogia: Quejarse constantemente y adoptar el papel de víctima no solo no ayuda, sino que empeora cómo te sientes y cómo te va. En cambio, tener una actitud optimista, pero realista, y enfocarte en lo que puedes controlar mejora el ánimo y hasta los resultados. El victimismo es como una mecedora: te da algo que hacer, pero no te lleva a ningún sitio.
Un abrazo