El negocio inmobiliario es muy esclavo.
Te obliga a estar presente.
Basicamente porque para captar los pisos hay que ir a verlos y para venderlos hay que enseñarlos.
No hay más.
Es cierto que cada vez puedes hacer más gestiones desde la playa y no es necesario tener una oficina comercial a pie de calle.
Pero si quieres cerrar alguna operación, toca ir a captar el piso y visitarlo con los compradores, muchos de los cuales no son compradores.
Son miradores.
Si eres un poco espabilado y te organizas bien te ahorrarás mucho tiempo. Pero estos paseos no te los quita nadie.
También, si quieres liberarte, siempre tienes la opción de contratar a alguien que haga todo eso por ti. Pero piensa que si esa persona es profesional, eficiente y capaz de hacer todo por sí misma, no estaría trabajando para ti.
Estaría trabajando para él.
Y a menudo la gente contrata a alguien pensando en liberarse… y acaba mas pringado de lo que estaba antes. Porque además de sacar el negocio adelante, también les toca hacer de niñero.
Cuidadin!
Esto tiene una parte buena y una parte mala.
La mala es que si te quieres dedicar a esto y quieres que te vaya bien, tienes que saber que te toca currar como un cabrón y estar presente cuando toca, que suele ser casi siempre.
La parte buena es que casi nadie está dispuesto a hacer esto. Y que simplemente estando, ya haces más que tu competencia.
En la última newsletter te conté que buscando inmobiliarias por la calle en horario comercial, la mitad estaban cerradas.
Y ayer, en la tutoría semanal que doy a mis alumnos, de 1.500 personas se conectaron 6.
Mira.
Hay muchos “agentes inmobiliarios” que en realidad se dedican a otra cosa y se meten a esto en sus ratos libres porque alguien les ha dicho que aqui se gana dinero rápido y fácil.
Luego se dan cuenta de que esto es mucho mas jodido de lo que pensaban y que captar un piso es misión imposible.
Te piden consejos que no siguen.
Y a los 4 dias tiran la toalla.
Se justifican diciendo que los propietarios son gilipollas porque quieren vender pisos de mierda por una fortuna, que las agencias tienen muy mala fama merecidamente y que contra eso no se puede hacer nada.
Ah, y que los que captan los pisos es porque engañan a los clientes.
Lo de siempre.
El caso es que solo unos pocos aguantan.
Aquellos que están dispuestos a dedicarle tiempo a esto. Aquellos que saben que sin esfuerzo no hay resultados. Aquellos que piden consejo a los que saben y lo siguen al pie de la letra.
Mira.
Hoy a las 12 he quedado para firmar un alquiler.
Podría haberlo dejado para la semana que viene y no pasaría nada.
También podría no haber madrugado para mandarte esta newsletter y tampoco pasaría nada.
Pero me estaría fallando a mi, a mi negocio y a ti.
Porque para vender pisos no hay atajos.
En el enlace de arriba.