En los comentarios de la tertulia del otro día, entre hater y hater, apareció algo extraño.
Era la opinión no solicitada de un cliente.
Un cliente real.
Podía ser un colega camuflado.
Pero no.
En este caso era un cliente real. De esos que te contrata para que le prestes un servicio y te paga por ello.
Dejo claro que es de los que paga porque ultimamente las agencias dicen que no cobran y que viven del aire.
Yo cobro.
Mis clientes me pagan.
Y después de pagar, si quieren, comentan:
Pues ocurre que para mí lo bueno que tienen es precisamente ese lenguaje que te hace sentir que estás hablando con un colega, en lugar de con un tío estirado con corbata que sabes que te la va a jugar a la primera de cambio.
No conozco a Julio pero sí a Dani, y puedo decir que al final lo cojonudo de todo esto es que te vende el piso sin despeinarse. Profesionalidad sin postureo innecesario, le llamo yo a esto.
No voy a llevarle la contraria a un cliente que ha visto cómo vendo pisos.
Él, sin conocerme de nada, empezó a seguirme. Y cuando se dio cuenta de que yo era lo que necesitaba, me contactó.
Me puse manos a la obra con su casa… y vio que todo era real y sin humo.
Su caso no es único.
Cada semana hay varias personas como él que me contactan. Unos para que les venda alguna propiedad y otros para que les busque inversiones.
Al final el proceso es siempre el mismo:
Me leen.
Me escriben.
Me pagan.
Y el que quiere, comenta.
Mientras tanto, los “profesionales de verdad”, esos que no dicen palabrotas y que en pleno agosto van con chaqueta y corbata, siguen ofreciendo sus servicios sin coste para el propietario.
Y para terminar de seducirle van regalando valoraciones y haciendo stories en Comic Sans explicando qué es un contrato de arras.
En fin… cada uno pierde el tiempo como quiere.
Mira.
Esta semana he sacado una plaza para que puedas contratarme como Personal Shopper Inmobiliario.
No te voy a engañar.
Solo hay una plaza, ya hay varios candidatos en el proceso y se cubrirá en breve.
Hoy la cierro.
Y no volveré a hablar del tema hasta que este cliente tenga su piso.
Este cliente puedes ser tú.
Todavía estás a tiempo…