Ayer fue un día potente.
Por la mañana, una firma en notaría.
Después, comida con un crack del sector para desarrollar cosas más potentes todavía… y a primera hora de la tarde, otra firma en notaría.
Y a última hora, firma de un contrato de arras para cerrar otra operación que se escriturará en septiembre.
Podría decir que este verano ya he cumplido y que cierro hasta septiembre.
Total, en verano la gente está a otras cosas, como las vacaciones, la playita, el chiringuito y el mojito… y que lo de vender pisos es imposible.
O eso dice casi todo el mundo.
Pero no.
Yo seguiré dandole a la mandanga inmobiliaria.
De hecho, hoy a primera hora me voy a reunir con un cliente que quiere que le venda su piso y después iré a hacerle fotos a un caramelito que sacaré a la venta en breve.
Ojo.
Lo sacaré a la venta y lo venderé.
Porque sacarlo a la venta para no venderlo… es de ser un parguela.
Pues eso.
Que mientras unos ponen excusas y esperan a ver si en septiembre suena la flauta, yo solo pienso en vender pisos… como si no hubiera un mañana.
Porque yo vendo pisos aunque el mundo se pare.
PD. Disfruta de la playa.