Ayer capté un piso.
Otro más.
En exclusiva.
En exclusiva y en precio.
Porque a estas alturas, como buen adicto a la mandanga inmobiliaria que eres, ya sabes que captar sin exclusiva y fuera de precio no es captar.
Es otra cosa.
Pero captar, no.
No es que sea noticia que yo capte un piso, pero si te lo cuento es porque esta captación esconde un mensaje muy importante.
Atento.
Los propietarios de este piso son una familia encantadora que se cambian de vivienda porque necesitan un piso con una habitación más.
El piso en el que viven actualmente está tan bien cuidado y desprende una energía tan buena que les ha costado muchísimo dar el paso de ponerlo a la venta.
De hecho, si no fuera por esa circunstancia no se cambiarían.
Es entendible.
El caso es que, cuando estaban en búsqueda activa, se dieron cuenta de que los anuncios que se ven en los portales inmobiliarios son pésimos.
Y en esto no se salva nadie. Ni inmobiliarias ni particulares.
Pésimos todos.
Por suerte, desde que comenzó la dictadura de los móviles como principal instrumento fotográfico ya no te encuentras la mítica foto con el flashazo en el espejo del baño.
Aun asi, ningún anuncio refleja la realidad de lo que vas a visitar.
Podría decirse que los anuncios de los pisos son como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar.
Por eso, cuando decidieron ponerlo a la venta, su mayor preocupación era no encontrar una agencia que supiera hacer ver a los potenciales compradores todas las virtudes de su piso, que no son pocas.
Hasta el punto de que su principal opción era venderlo por su cuenta.
Por suerte para ellos, un buen amigo que tenemos en común les habló de mi y les dijo que aparte de vender pisos como si no hubiera un mañana, tambien era un friki de la fotografía.
Y que le iba a hacer unas fotos al piso que se iban a caer de culo.
Es cierto.
Aunque nunca hablo de ello, soy un friki de la fotografía.
Y una parte muy importante de mi éxito en este sector se debe a hacer unas fotos cojonudas a los pisos.
Cuando hablo de fotos cojonudas no me refiero a trucar las fotos para que un cuchitril de 20 metros parezca el Palacio de Versalles. Ni que parezca que un piso está para entrar a vivir cuando lo que está es para entrar con lanzallamas.
Nada de eso.
Lo que yo consigo es que el cliente entienda perfectamente lo que se va a encontrar, cuidando los detalles y resaltando los aspectos más interesantes.
Y nada más.
Total, que me llamaron, les expliqué mi forma de trabajar y les aseguré que, cuando los potenciales compradores viesen el anuncio, iban a entender que este hogar era especial.
Les pareció bien.
Asi que ayer quedamos, vi la casa en detalle, hice pruebas con las luces y me puse al lío.
Como puedes imaginar, que hicieramos las fotos ayer que hacía un dia espléndido, cuando en Madrid ha estado lloviendo un mes seguido, tampoco es casualidad.
Estaba calculado.
¿Quieres saber cuanto tardé en hacer las fotos?
No lo sé.
No miro el tiempo cuando estoy en ello.
Pero mas de una hora y menos de dos.
Luego llegué a casa y cuando me puse a editarlas me di cuenta de que este piso es un caramelito.
Compruebalo tú mismo.
Si no puedes ver las fotos, habilita la visualización de imágenes en el correo.
Muy pronto este piso aparecerá en los portales inmobiliarios.
Y también muy pronto, desaparecerá.
En el enlace de arriba.
¿Dónde está ubicado? Saludos.
Comparte enlaces para verlo cuando lo publiques please.