El lunes me pasó una cosa muy curiosa, en el límite del absurdo.
Con una persona real.
Real como tú y como yo, de carne y hueso, de esos que compran el pan en la misma panadería que tú y que van por la calle tan normal, sin pasamontañas ni fusil de asalto ni nada que te haga sospechar algo raro.
Atento.
Antes de Navidad enseñé un piso.
La persona que vino a verlo me dijo que le gustaba, que hablaría con su banco y que ya si eso me diría algo.
Lo típico.
Asi que le pasé la nota simple para que el del banco tuviera los datos de la vivienda en cuestión y viese que estaba libre de cargas.
Y ahí quedó la cosa.
Hasta este lunes.
El lunes, después de 2 semanas sin saber nada de este ser, me escribió un wasap para pedirme el contrato de arras porque se lo estaba pidiendo el banco.
Decia que lo necesitaban para hacerle el estudio y ver si le daban la hipoteca.
Tuve que leer el mensaje varias veces.
Y por partes.
Es decir, todavía no me había confirmado que quisiera comprar el piso, no me había transmitido ninguna oferta formal y no había entregado ninguna cantidad como señal.
Pero quería el contrato de arras porque se lo pedía su banco.
Porque sí, porque yo lo valgo.
Cuando le expliqué el orden correcto de las cosas y le animé a formalizar todo, me respondió con cierto desdén dandome a entender que seguiría buscando.
Pues vale.
Era obvio que el interés principal de esta persona en ese momento no era comprar el piso, sino que el banco le hiciera el estudio y le dijese hasta donde podía comprar.
Y el del banco, una especie de funcionario del sector privado mas quemado que el mapa de Bonanza de perder el tiempo con clientes que solo marean, lo que dice es que para hacer un estudio hipotecario, le lleves la operación cerrada.
Cerrada con un contrato de arras.
Entonces este cliente, en lugar de dejarse asesorar y hacer las cosas bien, se mete en un bucle infinito de visitar pisos tratando de dar con un agente dispuesto a perder el tiempo preparando un contrato de arras sin arras que pueda presentarle al del banco.
No se…
Hay formas mejores de hacer las cosas.
Hay formas de ir por la vida sin marear a la gente y sin cerrarte puertas.
Yo, aunque en el momento esta gente me joda y me haga perder el tiempo, en el fondo agradezco su existencia porque sus anécdotas me sirven de inspiración.
Y me animan a crear contenido de alto valor.
Como por ejemplo el audio de 11 minutos en el que hablo de las 5 grandes cagadas a evitar en una visita y que voy a enviar este sábado a quien lo pida.
Mas de 300 personas lo han pedido ya.
Si tú todavía no lo has hecho, responde a este email diciendo “Quiero mi mandanga” y este sábado te lo haré llegar.
Así, mientras unos buscan agencias que les envíen contratos de arras sin arras, tú irás a las visitas con el viento a favor.
Porque tú si que sabes.
Este señor que parece la Dulceida de las inmobiliarias, se le da muy bien contar historietas, pero con 8 me gusta no saca el éxito suficiente. El hecho de que necesite poner verde a la gente para tener contenido dice mucho de su persona.
La persona a la que se refiere en términos insultantes soy yo, que lo único que hice fue pedirle un BORRADOR de arras, que no unas arras. A pesar de insistirle en que he vendido propiedades de mi patrimonio y sé perfectamente cómo funciona, me insinúa que era tonta y que no tenía dinero para comprar nada. Ya lo sabe mejor el, que es el que no trabaja en un banco. Quizá el licenciado en venderpiso con máster en poner verde sabrá mejor, que los que trabajamos en dicho sector.
Se lleva su comisión, pero no dice el montante hasta que no depositas, por si en tres meses que vence el plazo el se quede con su comisión y a la gente que va a pie con pasamontañas y compra el pan, no le conceden la hipoteca el se quede con el dinero y tú sin tu señal.
Le ha sentado muy mal que le dijera que había inmobiliarias que proporcionaban está información.
No se si vendes pisos en Euskadi. Si es que es así te contaría mi caso. He heredado el piso de mi madre fallecida hace un mes...