Desde que trabajo por mi cuenta solo me he puesto traje en dos ocasiones.
Dos veces. Por dos motivos especiales.
Atento.
La primera vez me lo pidió mi padre.
Y a un padre se le obedece, incluso cuando no tiene ni puta idea de lo que te está diciendo.
Te cuento la vaina tal como fue:
Un buen dia, antes de la pandemia, sin venir a cuento y sin haberle pedido nada yo a él, me llamó para darme trabajo.
Daniel, tienes que venderle unas propiedades a un contacto.
Es una persona muy importante, preséntate mañana en sus oficinas.
Y ponte traje.
Obedecí sin rechistar.
Me calcé mis mejores galas y fui a conocer a esa persona tan “importante”.
Luego me di cuenta de que lo que para unos es importante para otros es irrelevante, pero ese es otro tema que ahora no viene a cuento.
Tras esperar un rato y ver a mucha gente trajeada pululando sin hacer nada productivo me hizo entrar a su despacho y me puso al día.
Resulta que este personaje había sido un empresario de éxito que en su época de esplendor se dedicó a comprar propiedades a saco. Ahora el negocio no iba tan boyante, estaba hasta arriba de deudas y le iban a embargar todos los inmuebles.
Durante los años de bonanza se le habían arrimado personajes que él creia de confianza y ahora se había dado cuenta de que estaba rodeado de parásitos y chupópteros.
Lo típico.
Estaba solo.
Solo. Arruinado. Hundido.
Como te puedes imaginar, a este caballero se la sudaba que yo fuese en traje o en chandal. Lo único que queria era alguien resolutivo que le quitase el marrón de encima lo antes posible.
Total, me gané su confianza, me firmó la exclusiva…
… Y nunca más volví a ponerme traje para ir a verle.
Bien.
Desde entonces solo me he puesto traje para trabajar en otra ocasión más.
Fue hace muy poquito. Y por una causa todavía más importante.
Espera…
¿Hay algo más importante que por un padre?
Sí.
Pero no te voy a contar de qué se trata.
No por aqui.
Mejor te lo cuento en esta tertulia que grabé el otro día con mi amigo Don Julio, gran tequila y mejor persona.
Me pongo traje por una razón que nunca imaginé.
PD.
¿Crees que habrá una tercera vez?
Espero tus comentarios.
pues se me ocurre que te lo pondrás en la graduación de tu hijo...