Hace un par de años vendí una propiedad bastante complicada.
Los propietarios eran amigos de un cliente y estaban en una situación límite.
Llevaban varios meses sin pagar la hipoteca y ya habían recibido varios avisos del banco para que se pusieran al día.
De lo contrario, iban a judicializar el tema.
El problema era que antes de poner la casa a la venta era necesario realizar unos trámites con la vivienda.
Trámites sencillos pero sin tiempo para hacerlos.
Asi que lo primero que hice fue ir con mi cliente al banco a informarme, ver qué opciones habia y saber si nos iban a conceder ese tiempo para vender el piso.
Aunque al principio no nos dieron ninguna facilidad y el único interés del banco era que nos pusieramos al día con la hipoteca echando hostias, tras varias visitas conseguí que la directora se comprometiese.
Nos dio el tiempo necesario.
Ni un día mas.
Asi que me puse manos a la obra, hicimos los trámites, vendimos la casa y la cosa acabó de puta madre.
Tras la venta volvimos al banco a darle las gracias a la directora, pues si no hubiera sido por ella mis clientes hubieran perdido la casa.
Y desde entonces no había vuelto a saber de ella...
Hasta ayer.
Resulta que ayer me mandó un wasap diciendo que quería hablar conmigo, asi que la llamé y me contó la movida:
Tengo otra clienta en el banco en una situación muy parecida y no se da cuenta de que o vende la casa ya o la va a perder.
Se que hay varias inmobiliarias pululando, mareando la perdiz y haciendole perder el tiempo…
Y me he acordado de ti.
Estoy convencida de que o se encarga alguien resolutivo como tú o no tiene nada que hacer.
Flipé un poco.
Que una persona que está harta de tratar cada dia con inmobiliarias se acuerde de mi después de tanto tiempo para una situación límite es de agradecer.
Hoy he quedado con la clienta.
No se lo que me encontraré, ni si finalmente seré capaz de ayudarla con su movida.
Pero si alguien puede hacerlo, soy yo.
Y resuelvo tus marrones.
PD.
Si estás en una situación límite, escríbeme.
Aunque no lo parezca, casi siempre hay una salida. Casi siempre, no siempre.
Y si la hay, la encuentro
Muy buena anecdota Dani...Saludos!
Buenísimo el correo y buenisima la historia, Dani.
Nos conocimos en una conferencia que diste en Valencia el año pasado.
Me encantaría colaborar contigo en alguna movida aquí en Valencia.